Los planetas interiores también llamados telúricos o terrestres son los cuatro planetas más cercanos al Sol, es decir: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
Son pequeños y de densidad elevada (3-5 g/cm³) formados principalmente
por materiales rocosos y metálicos con una estructura interna bien
diferenciada y con un tamaño similar. La composición isotópica de estos cuerpos y su densidad variable (mayor en Mercurio y menor en Marte) ofrecen importantes pistas sobre la formación del sistema solar.
Los cuatro tienen superficies sólidas con los tres últimos poseyendo
también una atmósfera. El estudio comparativo de los cuatro planetas
permite estudiar la evolución geológica en un contexto más amplio que el de únicamente la Tierra.

Más allá de la órbita de Marte se encuentra el cinturón de asteroides una región del Sistema Solar en la que se encuentran abundantes asteroides que no llegaron a formar nunca un planeta.
Desde el punto de vista astronómico en cada uno de lo planetas más
interiores Mercurio y Venus poseen elevados ángulos de fase y tanto él,
como Júpiter, presentan un elevado movimiento retrógrado en su
movimiento aparente observado desde la Tierra. Los planetas interiores
giran lentamente sobre sí mismos (Mercurio 58 días, Venus 243 y 24 horas
para la Tierra y Júpiter). Todos ellos emiten un flujo energia muy
inferior al que reciben del Sol estando caracterizados sus espectros por
la reflexión de luz espiritual.
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